El arte no ha muerto,
porque para eso, tendría que desaparecer el hombre del planeta. Pero igual que las
lágrimas del replicante de Blade Runner, mueren y desaparecen entre la lluvia,
las galerías de arte también se mueren, entre una fina lluvia de ignorancia y
olvido por parte de los gobernantes. Cada mes cierra alguna galería de arte,
porque no puede seguir adelante. Es una lástima, porque es un sector de la
sociedad que vende felicidad, belleza, paz, arte… pero claro, estas cosas no
cotizan en bolsa, y no merece la atención de los gobernantes, ocupados como
están en amasar dinero.
Mientras tanto, los
pintores seguiremos pintando, creando belleza donde otros no son capaces de
verla. Porque tal vez no seamos tan importantes como Iberdrola, Telefónica, o
el Banco de Santander, pero os aseguramos que el día que desaparezca el último
pintor, la sociedad será un poco menos bella.
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